Originaria de Washington, D.C., había estado enseñando inglés en el extranjero durante más de 25 años cuando empecé a tener dudas sobre mi trayectoria de vida. Estaba prosperando como profesora y disfrutaba de los diferentes desafíos de vivir y trabajar en Japón, Francia y, más tarde, España. Sin embargo, estaba empezando a ser consciente de que quizás no quisiera seguir haciendo lo mismo durante otros 20 años.
Pero, ¿qué otra cosa sería buena opción? ¿Cómo podría reinventarme ahora? ¿No era demasiado tarde? ¿Echaría de menos la enseñanza? ¿Debería regresar a Estados Unidos? Demasiadas preguntas. ¡Ayuda!
En ese momento estaba enseñando en la universidad, así como trabajando con clientes ejecutivos, en Barcelona. Para aquellos que lo desconozcan, la enseñanza ESL es una carrera bastante sorprendente, desafiante y creativa. A mí, me encantaba. Pero entonces, en 2013, la universidad donde impartía la mayoría de mis horas de enseñanza (el muy respetado ESADE) cerró inesperadamente su Centro de Idiomas Ejecutivo. De repente, esto ya no era una crisis existencial, ¡sino una muy real! Tenía que tomar una decisión rápida para volver a comprometerme con la enseñanza y empezar a buscar un nuevo puesto o aprovechar esta «oportunidad» para reinventarme.
La suerte quiso que al final de una sesión, más o menos por esas fechas, un cliente ejecutivo comentara que nuestras conversaciones eran casi idénticas a las que tenía con su coach. Intrigada, le pregunté más sobre ese «coaching» que mencionó. Resumiendo, ese comentario inocente me puso en el camino en el que estoy hoy – ofreciendo coaching en línea a mujeres y repartiendo mi tiempo entre Barcelona y St. Croix. ¡Guau, estoy muy agradecida! ¡Gracias universo!
John Doe
– Mary Oliver –
¿No es increíble cuán a menudo la serendipia juega un papel en nuestras vidas? Estoy de acuerdo en que puede ser maravilloso (y agradezco a mi fortuna), pero también creo que es mejor no confiar tanto en estos encuentros casuales y felices coincidencias para determinar nuestro futuro. Un poco de autoreflexión y exploración puede hacer mucho para ponernos en el camino correcto.
Cómo desearía haber tenido a alguien imparcial y objetivo con quien hablar cuando empecé a tener preguntas y dudas sobre cómo sería el resto de mi vida. Esta es la motivación real que hay detrás del hecho de convertirme en coach: ¡Quiero ser esa persona para ti! He aprendido tanto sobre mí misma y mi viaje de vida a través de mi estudio y de mi proceso de coaching. A menudo pienso: «Ojalá hubiera trabajado con un coach en mis 20, 30 o 40 años!» y así habría estado avanzando con una intención clara, creando en lugar de reaccionando.
Desde el principio, reconocí que lo que más me gustaba de la enseñanza era construir una conexión con mis estudiantes/clientes y motivarlos a prosperar y tener éxito. Me resulta tan gratificante que puedo seguir en esa misma línea apoyando y trabajando en pro del éxito de los demás. Mis experiencias viviendo y enseñando en el extranjero me han ayudado a convertirme en la coach que soy hoy. Crear confianza, responder a los desafíos , acoger nuevas perspectivas, encontrar soluciones donde parece que no las hay, y esencialmente, crear un entorno donde otros florezcan – esto ha formado parte de mi día a día durante casi 30 años.